Vencer Sin Combatir

Hay un antiguo relato chino anónimo en el cual un rey le pide a un príncipe su tierra, y a cambio le ofrece un territorio dos veces más grande. Pero el príncipe la rechaza. El rey queda desconcertado: ¿Cómo es posible que no le interese mi oferta? Y envía a un embajador que le ofrece al príncipe un territorio diez veces más grande a cambio de aquella tierra. Pero el príncipe vuelve a decir que no. Entonces el rey se enoja: ¿Cómo se atreve?, ¿acaso se burla de mi? -le pregunta a su embajador-.

Éste replica: "No es así, el príncipe quiere conservar la tierra en la que están sepultados sus ancestros. Aun si su majestad le ofreciera tierras veinte veces más grande, se negaría."

Allí el rey se pone furioso: "¿Eres mi representante o trabajas para el príncipe?, ¿acaso no conoces la cólera de un rey?"

- La verdad es que no, su majestad.

- ¡¡Ah!!, ¿no la conoces? La cólera de un rey significa millones de cadáveres y que la sangre corra como un río a mil leguas a la redonda.

El embajador dice entonces: "¿Y sabe su majestad lo que es la cólera de un simple particular?"

- Sí , -responde el rey- significa que ese simple hombres pierde las insignias de su dignidad y tiene que marchar descalzo golpeando el suelo con su cabeza.

- No, su majestad, ésa es la cólera de un hombre ordinario, no la de una persona de valor -lo corrige el embajador-. Cuando una persona de valor se ve obligada a encolerizarse, como cadáveres aquí no hay mas que dos, la sangre corre apenas a cinco pasos, y sin embargo, China entera se viste de luto. Hoy a llegado ese día.

Y al decir esto, se levanta y desenvaina su espada. El rey queda mudo. Saluda humildemente y susurra: "Maestro, vuelve a sentarte. ¿Para que llegar a esto? He comprendido."

Hay momentos en los que habla la sabiduría y ninguna emoción perturba el cuerpo que se mueve en la única dirección posible. Y otros momentos en los que hay que actuar “como si” nos moviera la energía de la furia. Pero en realidad estamos tranquilas, serenas, decididas, enérgicas. En verdad no queremos que haya un solo cadáver más por obra de una muerte violenta sobre la tierra. Esta es nuestra tarea como guerrer@s espirituales, como seres que hemos integrado lo femenino y lo masculino, el cuerpo, la mente y el espíritu. Nuestra función es preservar la Paz, aunque para ellos a veces hay que hacer una demostración de fuerza. Pero poseemos el secreto en nuestro interior. Sabemos que hay una energía mas grande que la furia: aquella que proviene de nuestra capacidad de amor y compasión.

Luz y amor para tod@s,
Equipo Despego Consciente